Frente a la última reestructuración organizacional y operativa de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, Matías Lobos, actual Director de Enlace y Estudios de La Plata y ex Subsecretario Nacional de Fronteras y de Programas de Seguridad, y dirigente de Juntos por el Cambio, manifestó:
“El ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, a través de la resolución 341, dispuso cambios en la estructura de mando de la Policía en los 44 distritos bonaerenses con mayor población que contarán con un jefe policial que tendrá a su cargo todas las unidades de prevención y control del delito que cumplan funciones en las calles del municipio. El objetivo de dicha medida reside en unificar el mando y control del personal que realiza tareas de patrullaje y prevención del delito. Para coordinar las instancias provincial y municipal, se dispone la creación de una Mesa de Coordinación Local que tendrá entre sus objetivos elaborar un mapa del delito y planificar las acciones de la Policía para su prevención de acuerdo a la realidad de cada distrito para diseñar un Plan Integral de Seguridad Local.
Esperamos que esta medida permita un modelo de seguridad con un poder político fuerte que no se debilite frente a las redes del crimen organizado; y que a la vez permita la participación activa y efectiva de los ejecutivos municipales en el diseño, ejecución y supervisión de las políticas de seguridad que se llevan adelante en sus territorios, habida cuenta del conocimiento de los mismos y del trato permanente y directo que estos tienen con los vecinos. Consideramos adecuado pensar y ejecutar en la provincia de Buenos Aires un modelo alternativo que combina elementos de centralización en la toma de decisiones con elementos de descentralización para incorporar las miradas locales y particulares en materia de seguridad.
Sostenemos la pertinencia de que los Planes Integrales de Seguridad Local se aborden desde tres ejes fundamentales. El primero de ellos consiste en un análisis del delito de los distritos que permita planificar y desplegar los recursos materiales, logísticos y humanos de manera predictiva y anticipatoria; para que la prevención delictual sea una realidad y no una mera declaración de deseos. Está comprobado que el 90 % de los delitos ocurren en el 10% del territorio. El segundo eje radica en, una vez detectado los puntos territoriales concretos donde existen probabilidades estadísticas de ocurrencia de los delitos; desplegar los patrullajes de manera inteligente sobre esos puntos, optimizando de esta forma los recursos disponibles y mejorando la eficiencia de la intervención policial. El tercero supone la ejecución de una participación ciudadana activa para conocer de boca de los vecinos donde y quienes están cometiendo actos delictivos, a través de mecanismos que le permitan denunciar al vecino de manera segura y rápida, cuidando la integridad del vecino y alentando la casi la inmediatez entre la denuncia del vecino y la respuesta policial, permitiendo de esta forma que los vecinos confíen en el accionar de su policía.”